Guía para entender la traducción literaria
La traducción literaria
La
traducción no es más que un proceso de creación y cuando se habla de traducción
literaria esta frase cobra mucho más sentido.
¿Cuántas
veces, al enterarse de que eres un traductor, la gente te pregunta si traduces
libros, o incluso, cuántos libros has traducido?
A mí
me ha pasado unas cuantas veces, de hecho, es lo primero que se les ocurre cuando
les digo a qué me dedico.
Sin
embargo, como ya sabrás, la traducción literaria es una rama de la traducción y
se sitúa en el ámbito editorial.
En
este artículo, TranslaStars te hablará sobre este tipo de traducción. Vamos a
explorar los desafíos que implica traducir textos literarios, hablaremos del papel
del traductor y del proceso creativo.
Traducción literaria y traducción editorial
En la
introducción he definido la traducción literaria como parte del ámbito
editorial. Es posible que a veces se confundan los conceptos de traducción
literaria y traducción editorial o que se utilicen como si fueran sinónimos.
Por mucho que se parezcan, no son lo mismo. Cuando hablamos de traducción
editorial, nos referimos a la traducción de todo tipo de material destinado a
la publicación como libros de diferentes temáticas, revistas, tesis, etc. En
cambio, la traducción literaria alude a la traducción de obras literarias, como
novelas, piezas de teatro, poesías y relatos, entre otras.
En ambos casos, se requieren competencias específicas, propias de los escritores. El traductor adquiere un nuevo papel, convirtiéndose en escritor y asumiendo el reto de crear una nueva obra en su idioma. Traducir literatura comporta pasar por un verdadero proceso de creación, es un viaje repleto de obstáculos pero también de emociones.
Dificultades de un texto literario
Un
texto literario presenta dificultades específicas, diferentes, por ejemplo, de
las de un manual técnico o de un simple texto de divulgación. El lenguaje
literario desafía las normas y las convenciones propias de la lengua, el
escritor tiene la libertad de emplearlo sin limitación alguna, en función de
sus deseos. La literatura está hecha de juegos de palabras, nombres o términos
inventados, figuras retóricas y anagramas. El papel del traductor es crucial
porque tiene que mantenerse fiel al original y reflejar la intención del autor.
¿Pero
eso ya no lo hacemos independientemente del tipo de texto?
Sí,
pero en el caso de la traducción literaria, el traductor adopta la voz del
autor y se convierte en él.
Un
elemento muy difícil de reflejar es el humor. El sentido del humor cambia de
país en país, aunque hay culturas que tienen puntos en común. En la mayoría de
los casos, el humor es inherente a la cultura y es por eso por lo que un chiste
que tanto nos gusta deja de tener gracia con nuestros amigos extranjero.
Otros desafíos son los siguientes:
- Nombres propios que en la lengua original tienen un significado y son relevantes para el personaje o la historia.
- Terminología compleja que es necesario entender para entender toda la obra.
- Sagas: en este caso, la coherencia terminológica es fundamental y no se puede cambiar la traducción de repente. Hay nombres que los lectores conocen muy bien desde el principio, como por ejemplo en la saga de Harry Potter.
- Información ambigua: puede pasar que se mencionan unos hechos al principio pero solo después habrá un desarrollo de la historia. Esta información que se desvelará más adelante puede suponer un reto para los traductores porque aún no tienen claro lo está pasando.
Traducir literatura: el proceso traductológico
¿Te has planteado alguna vez cómo se lleva a cabo el proceso de traducción de una obra?
Efectivamente,
como todo tipo de texto, no se trata de empezar a traducir y a ver adónde me
lleva la historia. Por otro lado, tampoco podemos leernos la obra entera porque
nos llevaría demasiado tiempo.
La
documentación es clave y, según el texto que hay que traducir, podemos seguir
unas pautas. Si se trata de una obra literaria, evidentemente primero habrá que
situarla en su época histórica. Vamos a documentarnos sobre el autor, la época
en la que vivió y los elementos clave que caracterizaron ese periodo histórico.
Eso nos va a ayudar a entender fácilmente conceptos implícitos, como la
personalidad y el comportamiento de los personajes, influenciados por su
cultura, sus costumbres y su época.
Si lo que vamos a traducir es una novela, hablar directamente con el autor nos sería de gran utilidad. Él o ella nos dará las llaves para «acceder» a su obra.
¿Cuánto cuesta traducir una obra literaria?
¿Qué puesto ocupa el traductor en
todo esto? ¿Crees que su figura está realmente reconocida?
Desgraciadamente, el traductor
siempre se lleva una pequeña parte del compenso, sobre todo si trabaja con
grandes editoriales.
El
precio suele calcularse según plantillas de 2100 caracteres con espacios. La
tarifa suele oscilar entre los 10 y 12 euros aunque en ciertos casos puede
llegar hasta los 14 o incluso bajar a 7. En su mayoría, las tarifas son
negociables. Otra plantilla utilizada es la de 1800 caracteres cuya tarifa ronda
los 10 – 11 euros.
En
algunos casos, el traductor puede cobrar una tarifa por palabra. En general, las
tarifas más habituales suelen ser de 0,03 hasta 0,07 EUR por palabra aunque eso
también depende de lo que se negocia con la editorial. El traductor puede,
además, negociar el porcentaje de compensación con el editor, que oscila entre
el 10 y el 20 %.
Según
lo observado, la figura del traductor literario está cada vez menos valorada ya
que las editoriales son las que suelen llevarse la mayor porción del compenso.
Otra cuestión que hay que abordar es el derecho de autor del traductor. ¿Puede
considerarse propietario de la obra traducida? La respuesta es sí. Traducir no
es una tarea mecánica, no se trata de traspasar palabras de un idioma a otro.
El traductor llevará a cabo una labor de creación por lo tanto la legislación
protege la obra traducida.
Según
el artículo 11.1° de la Ley de Propiedad Intelectual, “Sin perjuicio de los
derechos de autor sobre la obra original, también son objeto de propiedad
intelectual las traducciones y adaptaciones.”
La
legislación te atribuirá los mismos derechos que a cualquier autor. Como
traductor, tendrás derechos patrimoniales y morales por lo que es importante
que los conozcas bien para poder reivindicar tu trabajo, protegerte y obtener
la autoría de tu traducción.
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Escrito por Virginia Magrì para TranslaStars.
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